Hola a todos vosotros próceres de buena voluntad que me seguís en mis artes culinarias y, a los que no sois asiduos os voy a instruir en una nueva receta sencilla y exquisita.
Primero no hacemos con un par de calabacines bien hermosos. Base fundamental de esta receta. Una cebolla mediana, un diente de ajo y caldo de ave o una de esas pastillitas de caldo. Funcionan muy bien. Chup-chup.
Lavamos bien los calabacines y les cortamos los extremos. No los peléis. Quedan mejor con su piel y además dan verdor a la crema. Empezamos cortando la cebolla y el calabacín. En una perola con un poco de aceite de oliva los echamos. Que pochen unos minutos, removiendo para que no se nos quemen. Añadimos un chorrito de vino blanco. El de vuestra zona va bien. Que cueza hasta que este a punto de trituración. Lo pasamos por la batidora hasta que quede bien triturado. Si veis que os queda muy espeso le añadís un poco de caldo. Lo volvéis a pasar a la perola o cazuela y añadís quesitos en porciones. Podéis añadir el queso que os apetezca, pero que no sea muy fuerte y derrita bien, como el de fondue o raclette.
Lo calentáis hasta que todo se unifique. Le podéis pasar la batidora de nuevo. Un plato de cuchara muy placentero. Bon appétit. O buen provecho.
Y como siempre os digo.
Buenas noches y buena suerte.
Comentarios
Publicar un comentario