HUEVOS EN SALSA

Pues empecemos. Ese sábado, después de una resaca estamos solos en casa, nos da pereza cocinar o hacer cualquier cosa. No queremos manchar para después no limpiar. Pues bien. Coge un par de huevos un cazo de cocina
pequeño, que seguro tienes y llénalo de agua. No a tope, inútil, deja un margen para cuando hierva. Mete los huevos dentro sin contemplaciones. No hace falta que esperes hasta que hierva el agua. Pero cuando empiece a hervir, deja diez minutos los huevos. Mientras tanto puedes hacer otras cosas como estas. Ve picando media cebolla. Pon una sartén el en el fuego, vitro o inducción. Échale un chorritin de aceite y dora las cebollas con un pellizco de sal. Doradas eh! Que no se quemen. Mientras tanto los huevos ya están cocidos. Sácalos y remójalos con agua fría. Ahora vuelve a la sartén, echa una cucharadita de harina y que se cocine unos segundos. Remueve con un poco y vas echando un poquito de agua poco a poco y sigue removiendo. Que vaya espesando la salsa. Esto que estamos preparando se llama una velouté. Qué tontería y que sencillo. Cuando haya espesado lo retiras del fuego. Pela los huevos duros y córtalos por la mitad. Un truco para pelarlos, pues hay muchos, es romper la cáscara frotándolos con la encimera y quitarles la cascara debajo del agua. Una vez cortados los hechas en la velouté y fin. Listos para servir.
Si preparas una cama en el plato de lechuga cortada muy finita, mejor que mejor.
A lo mejor este no ha sido el mejor plato para un prócer que empieza en las artes culinarias. Pero los tengo más sencillos.

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