Hoy 25 de diciembre de 2022, os diré como un prócer de buena voluntad y, muy aficionado a las artes culinarias, como cocinar un buen lechón. Ayer como cena de nochebuena prepare unas viandas.
Ahora me viene a la memoria que, en la mayoría de los países anglosajones no se celebra la cena de nochebuena. Se preparan de tal manera para la comida de Navidad que es la leche. Lo digo con conocimiento de causa, porque estuve en una de ellas. El día anterior buscan el mejor pavo, y cuanto más pese, mejor. Bueno, para ponernos en situación, esto no era el centro de Londres. Esto estaba situado a unos cien kilómetros de la ciudad. Digamos zona de gente respetable. La comida de Navidad se celebraba en casa de un familiar, al que asistían el resto de los invitados. Desde primeras horas de la mañana el pavo o pava, estaba en el horno guisándose para el posterior placer de los comensales. Cuando llegamos a casa del anfitrión, las botellas de champan caen como como una gran nevada en Alaska. Solo eran las doce la mañana y ya te recibían con copa y puro. Bueno lo del puro no. Porque eran de la liga antitabaco. El caso que antes de comer, nos habíamos bebido dos caja de champan.
Pero me ido por los cerros de Úbeda. Respecto a ayer, de primero hice unas pequeñas viandas. A saber: salmón ahumado, navajas, gambón y, como plato fuerte cochinillo. Medio lechón de dos kilos. Os cuento como lo hice.
Previamente calentáis el horno a unos 160 grados. Ponéis el lechón en una parrilla de esa que seguro que tenéis de horno. Untar al susodicho animalito con aceite de oliva y sal gorda. Lo hice así porque no tenía manteca de cerdo. Queda estupendo. En la bandeja de horno, ponéis un poco de agua. La parrilla con el lechón encima, sin que toque el agua, esto es importante. Para dos kilos, el tiempo adecuado son dos horas. En la primera hora el lechón va con la piel boca abajo. Vigilar que la bandeja siempre tenga agua. Pasada la primera hora hora le dais la vuelta al cerdito y lo ponéis con la piel cara arriba. Otra hora. Seguir vigilando el agua. El gorrino soltará su caldo que después reservaremos. Después de las dos horas, si la piel no ha quedado crujiente , le damos un golpe de horno fuerte a 200 grados unos minutos. y Voilà.
Y con las salsa de la bandeja, a salsear. Si ha quedado muy líquida hacéis una reducción. Y me diréis que es eso. Pues la ponéis en un cazo a fuego lento para que se vaya consumiendo.
Bon appétit. O buen provecho.
Y como siempre os digo.
Buenas noches y buena suerte.
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